Un Bosque Rojo
Un bosque rojo rodeaba la comarca.
Las noches tenían su propia música cuando era surcado por el viento.
Al alba, otra música emergía.
Las aves azules amarillo violeta entonaban notas dulces,
como de aroma de café.
Después de cantar al sol púrpura contemplaban en silencio las estrellas.
Los días eran largos.
Los seres de la comarca
hacía tiempo que se habían ido.
Al anochecer, el sueño.
De nuevo la paz y el viento.
Francisco el Viejo